Creatividad Intuitiva

La creatividad intuitiva está ligada con el apartado más imaginativo, incontrolable, desconocido del acto de crear. Nos permite deslumbrarnos, abrirnos a ideas imprevistas, extrañas y conocer los aspectos más increíbles de uno mismo.

En creatividad se suele llamar al momento álgido de generación de ideas como momento Eureka, inspiración o intuición. A la vez, dicho momento está envuelto en una oda de misterio al desconocer los motivos exactos por los cuales podemos desarrollar una idea, sobretodo cuanto más divergente o extraña es dicha idea. A veces, solemos atribuir a los artistas las ideas más excéntricas, o se suelen remarcar aquellas personas que son más intuitivas y logran realizar las acciones adecuadas en el momento preciso.

Podríamos decir que dentro del proceso creativo, obtener un método que pueda obtener a la persona el mayor número de ideas y que sean las más productivas es el «Santo Grial«. Sin embargo, una persona no tan solo es una máquina que procese información y de ahí obtenga soluciones, también manejamos una complejidad elevada al responder a la vez las necesidades de nuestro cuerpo, gestionar las emociones que aparecen en nuestra vida cotidiana, resolver aquellos problemas que aparecen en nuestro trabajo o vida personal y todo ello alineado con una misión vital más allá de la existencia de la persona (que según la persona la puede relacionar con una religión, agnosticismo, ateísmo o ética, que también se puede considerar como un plano espiritual).

¿Cómo entonces surge
el concepto de creatividad intuitiva?

 

La creatividad intuitiva surge de la propia experiencia. Hay momentos en que puedo tener ideas a las que no veo conexión con lo que me sucede en el entorno. O son soluciones a problemas que aparecen cuando estoy descansando, o durante un momento de meditación y retiro. También a veces siento que están ligadas a un sentido vital que me transforma y que, solo pasado el tiempo, puedo entender. Es como elegir en un momento determinado qué camino tomar por lo que estás sintiendo profundamente y no por lo que racionalmente sería mejor.

Y al entrenar esta particular capacidad, me he ido dando cuenta que el pensamiento racional cada vez tiene menos importancia pues aparece solo ya en momentos para resolver situaciones complejas. Y las elecciones se basan en actos creativos basados en la intuición, que podría denominar como creatividad intuitiva.

Todo ello ha provocado que haya adquirido una forma de vida muy particular, intentando respetar el ritmo natural de las personas y de las cosas. Y a partir de ese fluir, sentir que hay momentos en que ya no sirve ganar más dinero, ser más conocido, ser más útil, sino vivir cada momento como un fluir dentro de un río cuyo nacimiento y delta están más allá.

Me queda mucho por aprender.
Me reconozco defensor de esta visión.

Como me aporta felicidad y sentido, quiero compartirla con toda aquel/la que le interese aprender.

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